lunes, 6 de abril de 2015

Un trimestre de locos...

El 2014 terminó, para el proyecto Gatobriel, de una hermosa manera. Para quien les escribe, finalizó con una panza de embarazada gigantesca, con mucha miel para el cuerpo y el corazón, telas por doquier, y con una espera también gigantesca, que hizo que el año realmente diera la vuelta el día del nacimiento de mi hijo, Híkuri.

Hiku amaneció en casa el 17 de enero, así que esa madrugada puedo considerarla el comienzo de mi año y el recomienzo de mi proyecto de muñecos de trapo, y esto porque ahora, dedicada por completo a la maternidad, mis días son mucho más cortos y los muñecos han pasado a ser mi única ocupación diferente a mi hijo y mi hogar.

Antes del nacimiento, nos dedicamos con Arco a ofrecer muñecos "en combo" con frascos de miel, como regalo de Navidad, y nos fue muy bien recordando a los amigos que ahora, al apoyar el proyecto, están realmente apoyando a la nueva familia.

Pondré por aquí algunos de los muñecos que realicé en diciembre, para que vean un poco (como yo, que me he sorprendido realmente) de la manera en que el trabajo se transforma. Son ya seis años, casi, dedicando tiempo a hilos, telas, agujas y tijeras, y no me cambio por nadie, los muñecos son parte de lo que soy, pedacitos de alma, recuerdos, momentos y miles de historias. También me he repensado la imagen del proyecto, y con ayuda de Arco organicé una galería nueva de todos los trabajos en que me muevo, así como el diseño nuevo de este blog. Acá el link,










Comenzando 2015, una de mis mejores amigas, Karen, me encargó una muñeca para su mamá, basada en una foto de ella cuando era pequeña. Con el nacimiento del nene, el encargo quedó pendiente y solo pude retomar mis labores pasada la cuarentena, pues el partero recomendó no desgastar los ojos en lectura, costura o pantallas de computador. En definitiva, después de cuarenta días de vacaciones de mí misma, asimilando el hecho de ser madre, terminé esta muñequita:


Y bueno, para bienvenir a mi pequeño, he aquí el monito, "Orejas", que le hice antes de que naciera y que ahora (¡cómo crecen de rápido los bebés!) agarra en sus manitas y babea.



El asunto de los micos, que comenzó en diciembre con un encargo que me hizo una prima, se extendió al muñeco del nene y también, para estas fechas, a un "Simio Darwin" que me encargó Justo, uno de mis maestros en la promoción de lectura, y que viene acompañado de su archi-enemigo "El extraterrestre". Así quedaron los rivales.


Así han ido llegando encargos y pensamientos... Los dos últimos que les muestro hoy son, en primer lugar, un encargo bien bonito, también sobre foto, y luego una sorpresa que ha gustado mucho y de la que ya me pidieron dos más. Espero que les guste.




Se aproximan días de trabajos especiales, con una carga espiritual bien bonita pues son propuestas que, en esta nueva etapa de mi vida, me han seducido: por un lado, una serie de muñecos de trapo basados en distintas comunidades indígenas colombianas, labor que me encomendó Sewa y que estoy comenzando justo ahora; y un trabajo con fibras naturales del territorio que habito, Bacatá, para unos "Muñecos de la Tierra", basados en la cosmología muisca... A este proyecto, idea del partero que nos acompañó en el parto de Hiku, y que trabaja con Casa Bachué - Mujeres Parteras Bachué acá en Bogotá (toda una historia que, algún día, con más tiempo, espero contarles), le estoy trabajando ahora la idea, poco a poco, con el pensamiento puesto ahí. ¡Ya les iré contando!

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